2017 nos ha dado grandes titulares en el segmento del marketing de influencers. Entre ellos no hay ninguno referido a la explosión o no de la llamada “burbuja” del sector ni otros asociados a grandes nombres, celebridades y otras grandilocuencias.
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Hasta hace unos pocos años los rusos apenas salían de VKontakte, la red social más popular del país, y era difícil seguirles la pista. Pero muchos no pudieron resistirse a la popularidad de las plataformas 'occidentales' y empezaron a tener presencia en ellas, sobre todo en Instagram, la que tiene más tirón en este momento. Y es de agradecer, teniendo en cuenta el talento de los rusos para con la fotografía. Estos artistas que hoy traemos son una auténtica delicatessen visual, un buen motivo para dislocarse el pulgar viendo todo su portfolio. Prepárense para salivar por los ojos.
Eres el director de marketing de una gran marca deportiva mundial, además de un apasionado del tenis. Es jueves por la mañana. Estás leyendo las noticias y ves que en el próximo Open de Australia, diez años después, van a enfrentarse de nuevo dos de los mejores tenistas de la historia. En la final.
Sabes que la exposición de tu marca, on y offline, va a estar garantizada: su logo será visible por todos los rincones mediáticos en apenas 72 horas. Dentro del mundo de los influencers, un océano creciente y cada vez más complejo, saber moverse y sobrevivir ya no es algo tan al alcance de cualquiera. De ahí que haya surgido la figura del Influencer Hunter. Este nuevo perfil profesional puede beneficiar tanto a las marcas como a los propios influencers, ya que se encuentra entre ambos y desarrolla tareas bidireccionales.
La vida de un usuario de redes sociales empieza a cambiar cuando aparece una marca y le propone una colaboración comercial. En ese momento puede pasar a considerarse influencer de cara al negocio del marketing, aunque todavía tenga mucho por demostrar. Este nuevo influencer ha de elegir si esa colaboración será algo puntual o si seguirá abierto a recibir otras, y en tal caso, cuál será su criterio y dónde fijará los límites de calidad y cantidad, hasta qué punto hará peligrar su credibilidad.
En su libro La mentalidad genocida, donde hablan desde el Holocausto hasta la amenaza nuclear, Robert J. Lifton y Eric Markusen se refieren a los profesionales como “voces de la razón por ser moderados y racionales”. Les asignan el estatus de "críticos socializados" por su capacidad de dotar de credibilidad a un sistema al tiempo que se oponen a algunos de sus principios, una postura ecuánime que les otorga el poder de influir en la ciudadanía.
En 2010, Yael Peña, con tan solo 10 años, protagonizaba un anuncio para la marca española Cola-Cao. En el video que se emitió, se ve a un niño que apuntaba maneras en el Surf y donde describía su sueño de ser campeón del mundo. La imagen de este joven surfista inundó vallas publicitarias y espacios de televisión en España, generando un gran valor para la marca. Tras 6 años desde aquella campaña, Yael Peña se proclamó campeón de Europa de surf y, a pesar de contar actualmente con el patrocinio de marcas como Arnette o Volcom, todavía se le conoce en España como el niño de Cola-Cao.
"La correspondencia" es el último film del gran Giuseppe Tornatore. En él, un inconmensurable Jeremy Irons caracteriza a un profesor de universidad que mantiene una relación con su alumna predilecta. Tiempo después de comenzar su relación, él muere en carne, pero continúa vivo articulando un sistema de envío puntual de videos y mensajes en función de momentos clave de la vida de su amada.
Un término ya conocido en el sector del marketing, es “el Factor Oprah”, que se acuñó tras analizar la generación de ventas que Oprah Winfrey producía debido a las recomendaciones que realizaba en sus canales. Solo gracias Oprah's Book Club, los editores se aseguraban un promedio de ventas alrededor del millón de unidades por libro recomendado. De su programa de televisión, con más de 130 millones espectadores semanales, se recuerda uno de los momentos publicitarios más espectaculares, con un costo para General Motors de 7 millones de dólares, en el que se regalaron 276 Pontiac G6 a los asistentes de su programa.
Las recientes elecciones en Estados Unidos han generado multitud de conclusiones, entre ellas ésta que nos atañe: la influencia viene delimitada por la propia realidad. Desde luego, a Hillary Clinton no le ha funcionado como tenía previsto.
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Noviembre 2021
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