En el mundo de la publicidad y el marketing pasó hace poco luego del Covid-19; cambios y retroalimentación de las marcas que hoy en día notamos que se siguen construyendo.
Marcas que vuelven a hacer branding en sus campañas como principal mensaje de comunicación y junto a ello se encuentran los influencers, quienes por su poder de lograr amplificar un mensaje y por el valor de credibilidad, son los protagonistas de difundirlo.
Este puesto se lo ganaron plantando en plena crisis sus valores y enviando fuerzas a su audiencia; ahora, tras esa crisis, pueden cosechan sus frutos, y crear una comunidad sólida que les acompaña.
Hoy la vocación, la responsabilidad, la humildad y la prudencia son comunes en todos ellos.
Ya se dejó de usar a un influencer como un “títere” al que le decimos cuál es el copy y cómo tiene que ser la acción dentro de la story. Hoy, los influencers pisan cada vez más fuerte. Demuestran quiénes son verdaderamente sin “caretas” y sin guión. Aceptan un trabajo por sus valores y elaboran el contenido adecuado pensando en su audiencia, junto al brief de la campaña que ahora es sólo “una guía para actuar”.
Como decimos tras cada crisis: “No podemos seguir mirando para otro lado y esperar que otros hagan nuestro trabajo”.
Ahora, hay que juntar fuerzas y lograr el objetivo sin bajar los brazos, sin que nada ni nadie nos detenga.