Con más de catorce mil seguidores en su página de Facebook, así comenzó la aventura de este peculiar chef en el mundo 3.0. ¡Sigue leyendo y descubre su curiosa e inspiradora historia!
El cocinero infiel
El cocinero infiel es una reflexión sobre lo que supone tener un blog de cocina que no habla solo de recetas.
Hace más de una década que me dedico a la cocina para alegría de mis cercanos y envidia de mis vecinos. Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en un oficio. Todavía recuerdo los centenares de pimientos y cebollas que tuve que picar durante meses para adquirir la suficiente destreza con el cuchillo y la confianza de mis compañeros para que me dieran el consentimiento de colaborar con ellos. Creo que si hubiera donado sangre esos meses tendrían que haberme estrujado, ¡menos las uñas, creo que he sufrido más lances que el espartano Leónidas en las Termópilas!
Así es como un humanista de formación, con inquietudes en mercadotecnia acaba siendo un cocinero infiel. “Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo” como diría Fernando Galindo.
La razón de coexistir
Muy a menudo me preguntan sobre mi opinión respecto al mundo de la cocina, y por regla general suelo ser cauto en mis comentarios, parco en palabras que no ofenderían ni a seres mono neuronales. No obstante, todo tiene un límite y mi válvula de emergencia es la escritura sarcástica, que ocasionalmente me permito mostrar en el blog. Artículos como Camareros: Vidas “a su servicio”, pero nunca servil o ¡Cómo está el servicio! son buena prueba de ello.
Pero, el otro motivo cardinal de la existencia y padecimiento de esta entidad digital es, simple y llanamente, que no hallaba en toda la red aquello que con ahínco buscaba. Me sentía como Don Quijote ávido de conocimiento y aventuras, también padezco algunos de sus delirios, también cuento con mi particular Sancho, pero en su versión femenina.
Cientos de miles de recetas simplonas, sin la más mínima introspección sobre la génesis de su elaboración. Todo un germen que se apoderó de mí hasta que pude ahogarlo mediante lecturas intensas, compartiendo experiencias con otros profesionales e iniciándome en la narrativa sin apenas experiencia.
¿Cuál es la disimilitud del cocinero infiel?
A diferencia de otros blogueros y “gente de bien”, sí soy cocinero, sí soy director de arte, sí soy fotógrafo. Pero no soy escritor, no soy humorista, no soy un predicador y tampoco busco la fama, porque la fama cuesta. Por ello, no veréis publicidad, ni promoción en nuestras páginas, pues está destinada a amigos, a compañeros y sobre todo, a las personas que me conocen… Tal vez sea ésta precisamente la razón del éxito y no tanto el SEO, el SEM, el ROI u otras siglas protestantes presentes en aquellos lares que se consideran competencia directa. Os invito a buscar un blog de gastronomía con más de 300 palabras en sus entradas, documentado y respetuoso, seguro que la pesquisa será infructuosa.
Quien no ha trabajado en el sector de la hostelería realmente desconoce todo lo que ocurre tras la sala y dentro del cuarto de fogones. Os anticipo que en España hay mas de 250.000 establecimientos dedicados a este exigente gremio. Somos muy amigos de las barras, las raciones y las mesas con tertulia.
La imagen de los concursos, documentales y reportajes que muestran los esperpénticos medios de comunicación está tan cerca de la realidad como Einstein lo estuvo de viajar en el tiempo. O sea, a años luz.
En el mejor de los casos quizás reflejen un uno por ciento del espectro. Pero, el glamour en los platos, el estrellato de los chefs y las manos perfectas sin callos son tan escasos como el lince ibérico en nuestro país. Lo cierto es que la creatividad en la materia prima está al alcance de muy pocos, el anonimato de los jefes de cocina con sus chaquetillas roídas y las heridas en las extremidades, es la tónica del día a día en jornadas duras que llegan hasta la extenuación. Tanto como la falta de profesionalidad de cientos de intrusistas que por necesidad acuden a una función para la cual ni sienten pasión, ni ven su carrera como un proyecto de futuro más allá de la nómina de fin de mes. Es la combinación adecuada para una tormenta perfecta.
Si queréis conocer las tripas de la alta cocina sin estrellas Michelin os insto a leer el libro “Confesiones de un Chef” del Chef punk. No confundir con Dabid Muñoz, me refiero al gran Anthony Bourdain. Una visión más cercana a la realidad, aunque afortunadamente el Ministerio de Sanidad ha tomado cartas en el asunto.
Educación a distancia
Hete aquí que entre miles de páginas hay una más, la mía. Un site que no copia esas recetas una y otra vez duplicadas, copiadas y plagiadas sin ningún pudor. Esta práctica es tan habitual entre los personajes públicos y no tanto, como dan fe los miles de blogs que replican los contenidos de otros autores sin la más mínima reseña. Es digno de mención que aquellos errores que se muestran en la omnipresente Wikipedia son divulgados en cientos de webs sin prudencia alguna y con el atrevimiento que otorga la ignorancia supina.
Con este panorama (para matar), he encontrado mi hueco. Lo que en publicidad se llama nichos, no de cementerio. Sino para los raros, aquellas personas que gustan de la lectura, que gustan de conocer el origen y las razones históricas, económicas y culturales de las recetas. Eso sí, con un toque de humor, si procede y sobre todo, con la frescura de un tono personal que me ha llevado durante más de cinco años a tener cerca de un millón de visitas. Mi casa está más concurrida actualmente que “The Working dead” (las oficinas del paro).
Con la intención de educar a nuestros paladares más allá de los sabores tomo cada semana mi teclado, con paciencia y bibliografía realizo estudios de comidas de todo el mundo que aunque no son cocina molecular, sí demuestran lo creativa que ha sido la evolución de la gastronomía desde el homo antecesor hasta el maestro Ferran Adrià.
Por último, termino mi alegato con una conminación para aquellos que buscan un simple recetario: No te adentres en mi blog, te vas a sentir como un oso polar en Benidorm.
Pero si te gusta la lectura, la historia y la gastronomía estás tardando en acercarte a mi casa.