El ejemplo más cercano y fidedigno es el cine. La inmortalidad de los actores es una prueba evidente de esta influencia. Los ojos azules de Paul Newman en "El Zurdo" siguen impactando en la audiencia pese a su muerte en 2008. Y lo seguirán haciendo siempre.
2016 ha sido el año de la muerte física de mitos. Una muerte que refuerza aún más su tendón de aquiles de eternidad. Es difícil haber escuchado más canciones durante menos tiempo seguido de David Bowie, Prince o, justo la pasada semana, de George Michael.
Si no lo han hecho, les recomendamos ver la serie Vinyl, donde no dejamos de ver adaptaciones en tiempo real de momentos relevantes vividos de estos y más personajes en los años 70 y 80. Otro ejemplo es la serie "Life on Mars", basada en el mágico tema de Bowie, aún éste con vida, allá por 2008 la versión estadounidense y 2011 la británica.
Un caso paradigmático que hemos descubierto estos días es el documental, homónimo del álbum, "Omega". Aquí, un también fallecido en los últimos años Enrique Morente rompe las reglas clásicas del flamenco para calibrar un híbrido entre flamenco y sonido estridente de guitarra de la mano de Lagartija Nick.
Lo mejor es que dentro de esa ensalada aparecen dos aderezos extras más: textos del visionario libro "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca adaptados por Leonard Cohen (letras adaptadas y traducidas a su vez por Morente, entre otros). Conclusión: influencia postmortem y en tiempo real y actual, tanto de Enrique como de Leonard Cohen, otra de las imágenes tótem físicas caídas este año.
Según palabras de Estrella Morente, hija del autor, "este disco, grabado en 1996, ya estaba treinta años adelantado a su tiempo cuando se publicó".
El último ejemplo de influencia post mortem es el de Fidel Castro. Nos queda claro que desde la toma revolucionaria del Primero de Enero en La Habana en 1959, Fidel estuvo excelso de momentos importantes para la historia. Pero la pregunta es: ¿esos momentos fueron más importantes en su día,o van a seguir influyendo más a las gentes con su recuerdo? En su momento no podíamos contabilizar los views de la invasión de Bahía de Cochinos, pero ahora la comunidad millennial sí puede hacerlo con los documentales postmortem. Entonces, ¿hablamos de que el presente influye más sobre el pasado y no viceversa?
¿Dónde empieza y termina la línea temporal de la influencia? ¿Por qué necesariamente un personaje relevante, o un influencer, condiciona más la vida de su comunidad social en vida que una vez muerto?
¿No siguen vendiendo millones de discos Los Beatles o Michael Jackson? ¿No se sigue hablando, y filmando, la gran final en Islandia entre Fischer y Spassky? ¿No siguen influyendo la vida de millones de devotos profetas y dioses de hace miles de años en nuestras vidas y conflictos presentes?
De momento, hay aplicaciones en Facebook y otras redes donde ya podemos publicar nuestro primer post póstumo. Para comenzar con nuestra inflluencia post mortem.
Y hasta sólo Dios sabe cuándo.
Julen Elizari
CEO DeQuéBuzz