Rebuscas en tus bolsillos y te sigue saliendo inmediatez. Dispersión. Hastío. Conversaciones cortas. Unilateralidad.
And I wonder: ¿tanto ha cambiado el mundo ( y su lenguaje y formas de comunicarse) en estos cuatro años para que a una generación que asistió al parto digital tenga la sensación de quedarse fuera de la jugada? ¿Cómo nos hemos hecho viejos siendo digitales?
Todas estas cuestiones (y millones más que no entran en estos caracteres) nos las hacemos los Midgennials. Esa generación de treintañeros que era veintañera cuando Zuckerberg y Dorsey publicaron sus primeros posts y que ahora se ve sobrepasada por la rapidez y dispersión de las formas de comunicarse de los chicos de veinte.
Porque no hay nada más preciso y exacto para darse cuenta del paso del tiempo que el desfile inexorable de nuevas plataformas que definen los usos, costumbres, lenguajes y modas del momento.
Dónde queda el romanticismo digital de antaño: dónde está Tuenti. Qué pasó con Foursquare. Qué será de Linkedin.
Sólo la capacidad de adaptación definirá si somos dinosaurios o si sabemos incorporar nuestra experiencia de mas de diez años (esta imagen no puede borrarse como en Snapchat) a las formas mutantes de las incipientes plataformas digitales. Y en cómo comercializarlas con marcas.
Porque, público: no se olviden que las noticias de los últimos días, las de calado, las que más se han transmitido en las redes, son el concierto de los Stones en el deshielo de La Habana o el legado omnipresente y sempiterno de Sir Johan.
La edad no moldea al talento, sino que puede alargarlo si éste sabe adaptarse a sus tiempos.
Auténticos y verdaderos eternos. Y modernos.
Los Midgennials ;-)
Julen Elizari
DeQuéBuzz CEO
@iulianross